Por una Seguridad Social solidaria y equitativa
Una vez más como todos los 8 de marzo nos encontramos, nos saludamos y recordamos el significado de esta fecha.
Recordamos aquellas mujeres trabajadoras que murieron reclamando sus derechos salariales en una fábrica textil. Recordamos aquellas que también colmaron las calles de Nueva York, en la misma fecha, pero 51 años más tarde, con el lema “Pan y Rosas”; pan como símbolo de seguridad económica y rosas como mejor calidad de vida.
Este 8 de marzo las cooperativistas de la Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay (FCPU) volvemos a decir presente y nos adherimos a la convocatoria del Paro Feminista.
Nuestra Federación se ha manifestado a favor del trabajo digno y por lo tanto en contra de la precarización del trabajo, por ese motivo, como mujeres trabajadoras cooperativistas hoy nos centraremos en la preocupación que nos genera el Proyecto de Reforma Previsional al que consideramos una propuesta injusta que agudiza las múltiples violencias y desigualdades que vivimos las mujeres.
La desigualdad comienza a hacerse notoria cuando no se considera al trabajo doméstico y de cuidados como pieza fundamental del esquema de organización social de los trabajos y que resultan imprescindible para que la sociedad exista. Somos las mujeres las que destinamos mucho más tiempo que los varones a este trabajo no remunerado y no estamos siendo consideradas. Esto provoca que las mujeres tengamos menos tiempo disponible para participar en el mercado laboral, por ende, percibimos sueldos más bajos y, como resultado nuestros aportes a la seguridad social son menores. De este modo, el sistema previsional replica y profundiza las desigualdades entre mujeres y varones.
Además, esta reforma olvida que un cuarto del trabajo que se realiza en nuestro país es informal y que recae sobre la población más vulnerable y, sobre todo, mujeres. Por lo tanto, al igual que sucede con el trabajo reproductivo, su contribución queda por fuera del sistema jubilatorio.
En el actual sistema previsional ya existen brechas de género tanto en el acceso a las prestaciones como en los montos: los varones cobran jubilaciones en mayor proporción que las mujeres (51% y 49%) y con montos más altos. A su vez, las mujeres son las principales perceptoras de pensiones por viudez (92%), recibiendo sólo una porción del derecho jubilatorio del esposo/cónyuge.
En la reforma que se propone, a esta brecha se le agrega la disminución de los montos jubilatorios y la extensión de los años de vida laboral. Se establece un aumento de la edad mínima para jubilarse de 60 a 65 años de edad y 30 de aporte. En cuanto a las pensiones por viudez se recortan los períodos de cobro y se aumentan las edades para acceder a la pensión, afectando mayoritariamente a las mujeres.
Por otro lado, para el cálculo de las jubilaciones se amplía el período de salarios para tomar el promedio, pasando a ser únicamente los mejores 25 años, lo que produce una reducción en el monto considerado para el salario básico jubilatorio.
Se propone un avance ideológico del individualismo haciendo obligatorio el ingreso de todos y todas las trabajadoras al régimen AFAP -sin las bonificaciones del régimen actual-, favoreciendo el negocio de las Administradoras Privadas y permitiendo que inviertan nuestros ahorros en empresas extranjeras y en actividades que pueden ser contrarias a nuestros intereses.
Sabemos que el objetivo de la reforma es reducir el gasto público, pero en vez del recorte de derechos de los sectores más vulnerables proponemos recaudar impuestos sobre los altos ingresos o quitar las exoneraciones patronales que tiene la educación privada y los grandes capitales agropecuarios de nuestro país.
También creemos conveniente modificar los grandes beneficios que tienen las Cajas Paraestatales y los privilegios que continúa teniendo la Caja Militar.
Somos conscientes que Uruguay enfrenta un problema de cuidados a raíz del envejecimiento poblacional y nos preguntamos quién va a cuidar a las personas mayores. ¡Es urgente fortalecer el Sistema de Cuidados!
En línea con los valores del movimiento cooperativo, elevamos nuestra voz por la generación de soluciones colectivas y solidarias que permitan el derecho a la seguridad económica en la vejez y procuren el bienestar de toda la sociedad.
¡Por una Seguridad Social solidaria que apueste a revertir y no profundizar las desigualdades y violencias de género!
Secretaría de Género
Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay
